Abella de la Conca es un municipio disperso de la comarca del Pallars Jussà, situado en la zona prepirenaica de Lleida. Destaca por su paisaje abrupto, encajado entre la Sierra de Carreu y la Sierra de Boumort, y por la conservación de su núcleo antiguo, colgado sobre un acantilado, ofreciendo una imagen característica y defensiva.
Los orígenes de Abella de la Conca se remontan a la época medieval, cuando se construyó su castillo para controlar el paso y la Conca de Tremp. El municipio fue el centro de la Baronía de Abella, un importante dominio feudal documentado desde el siglo XI. Su historia está marcada por la vida rural y la dispersión de la población en varios núcleos y masías, como Bóixols y La Torre d'Eroles, que históricamente han mantenido una fuerte identidad propia dentro del término municipal.
Se trata de los restos de un castillo medieval, situado estratégicamente sobre un acantilado que domina el pueblo. Aunque actualmente solo quedan ruinas (especialmente fragmentos de muros y la base de una torre), su ubicación ofrece una vista panorámica excelente de la Conca de Tremp y las sierras circundantes.
La iglesia parroquial del núcleo principal. Originalmente de estilo románico (siglo XII), ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de los siglos, especialmente durante el Barroco, que alteraron su estructura original. Conserva elementos de gran interés histórico y artístico.
El pueblo de Abella de la Conca es notable por su arquitectura adaptada al terreno. El núcleo antiguo está construido directamente sobre la roca, con algunas casas literalmente colgadas sobre el acantilado, una característica que refleja la necesidad defensiva y el aprovechamiento máximo del espacio en época medieval.
Monumento megalítico situado cerca del núcleo de Bóixols, testimonio de la ocupación prehistórica de la zona. Es uno de los pocos dólmenes bien conservados de la comarca y un punto de interés para los amantes de la arqueología.
Abella de la Conca es la puerta de entrada a la Reserva Nacional de Caza de Boumort, un espacio natural protegido de gran valor ecológico, que se extiende por gran parte de su término municipal. Esta reserva es conocida por su población de ciervos, corzos y grandes rapaces (como el quebrantahuesos y el buitre común). El entorno es ideal para rutas de senderismo y BTT, destacando los caminos que recorren la Sierra de Carreu y las vistas sobre la Conca de Tremp. La zona ofrece un paisaje de media montaña con bosques de pino y roble.
El acceso principal a Abella de la Conca se realiza desde la carretera L-511, que conecta Isona con Coll de Nargó. El municipio es relativamente aislado y las carreteras locales que llevan al núcleo principal (como la LV-5111) son de montaña, por lo que se recomienda el uso de vehículo privado. No se ha encontrado información fiable sobre servicios regulares de transporte público que conecten directamente con el núcleo principal de Abella de la Conca.
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