Alcover es un municipio situado en la comarca del Alt Camp, en la provincia de Tarragona. Se encuentra en una posición estratégica, a orillas del río Francolí y a los pies de la Sierra de Miramar, sirviendo de puerta de entrada natural a las Montañas de Prades. Es conocido por su rico patrimonio histórico, especialmente los restos góticos de la Iglesia Vieja, y por su entorno natural privilegiado.
Los orígenes de Alcover se remontan a la época medieval, con las primeras referencias documentales datadas del siglo XII, concretamente el año 1163, cuando el territorio fue repoblado tras la conquista cristiana. Su ubicación en el Camp de Tarragona hizo que fuera un punto clave en las rutas comerciales. Durante los siglos XIV y XV, Alcover experimentó un crecimiento notable, convirtiéndose en una villa importante con murallas y una estructura urbana consolidada. El siglo XVI fue particularmente próspero, reflejado en la construcción de grandes casales y el esplendor de la Iglesia Vieja, que posteriormente sería parcialmente destruida durante la Guerra Civil Española.
Esta iglesia, declarada Bien Cultural de Interés Nacional, es uno de los ejemplos más destacados del gótico tardío catalán en la comarca. Construida principalmente en el siglo XIV, sufrió graves daños durante la Guerra Civil, quedando parcialmente en ruinas. Actualmente, se conservan elementos arquitectónicos de gran valor, como la fachada principal y el campanario, y se utiliza como espacio cultural al aire libre.
El Museo de Alcover es un centro de interpretación que acoge diversas colecciones, destacando la sección de paleontología. El museo es especialmente relevante por su exposición de fósiles del Triásico (hace unos 230 millones de años) encontrados en la zona, que incluyen restos de reptiles marinos y anfibios. También ofrece una visión de la historia local y la etnología de la vida rural en el Alt Camp.
Construida en el siglo XVIII, esta iglesia sustituyó a la antigua parroquia debido al crecimiento demográfico. Presenta un estilo barroco y neoclásico, con una fachada imponente y un interior espacioso. Es el actual centro de culto del municipio.
Es la única puerta que se conserva de la antigua muralla medieval que rodeaba la villa. Este portal, junto con algunos tramos de muro, atestigua la importancia defensiva de Alcover durante la Edad Media.
Este puente, que atraviesa el río Francolí, es una construcción histórica que ha sido vital para la comunicación de la villa. Aunque ha sido reformado, mantiene su estructura tradicional y es un punto de interés paisajístico.
Alcover se beneficia de su ubicación entre la llanura del Alt Camp y las formaciones montañosas de la Sierra de Miramar, que forma parte del sistema de las Montañas de Prades. El Río Francolí es el eje vertebrador del entorno natural, ofreciendo zonas de ribera y espacios de recreo. Una de las atracciones naturales más populares son los llamados Tolls de l'Olla, un conjunto de pozas y saltos de agua naturales formados por el río Glorieta (afluente del Francolí), ideales para rutas de senderismo y baño en verano. La zona ofrece diversas rutas señalizadas, tanto para senderismo como para BTT, que conectan Alcover con otros puntos de interés natural y poblaciones vecinas como Mont-ral o La Riba.
Alcover es fácilmente accesible por carretera. Se encuentra cerca de la ciudad de Valls y de la capital provincial, Tarragona. Las principales vías de acceso son la carretera C-37, que conecta con Valls, y la N-240, que permite el acceso desde Tarragona y Lleida. También se puede llegar mediante la red de carreteras locales que conectan con el resto de la comarca del Alt Camp. El municipio dispone de estación de tren en la línea que conecta Tarragona con Lleida (línea R13/R14 de Rodalies de Catalunya).
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