Begur es un municipio de la comarca del Baix Empordà, conocido por su costa abrupta, sus calas de aguas cristalinas y su casco antiguo medieval dominado por el castillo. Es uno de los destinos más emblemáticos y pintorescos de la Costa Brava, combinando patrimonio histórico con un entorno natural excepcional.
La historia de Begur está estrechamente ligada a la defensa costera. Su origen medieval se manifiesta en el Castillo de Begur, documentado desde el siglo XI. Durante los siglos XVI y XVII, la población tuvo que hacer frente a numerosos ataques de piratas y corsarios, hecho que motivó la construcción de diversas torres de vigilancia y defensa a lo largo del término municipal. En el siglo XIX, Begur experimentó un importante fenómeno de emigración hacia las Américas, especialmente Cuba, y el retorno de los "indianos" dejó una huella arquitectónica notable en la villa, visible en sus casas de estilo colonial.
Ruinas de una fortificación medieval situada en la cima de una colina que domina la villa y ofrece vistas panorámicas espectaculares de la Costa Brava y las Islas Medes. Sus restos datan principalmente de los siglos XI al XVII. Es el símbolo más visible del pasado defensivo de Begur.
Templo de origen gótico tardío (siglos XVI-XVII), construido sobre una estructura anterior. Destaca por su robustez y el aspecto fortificado, típico de las iglesias de la zona que servían también de refugio ante los ataques piratas.
Begur conserva diversas torres de defensa y vigilancia del siglo XVI, construidas para proteger a la población de los corsarios. Las más conocidas son la Torre de Sant Ramon (o Torre de Can Pinc) y la Torre de Mas d'en Pinc, que formaban parte de un sistema de alerta costera.
Conjunto de edificios de estilo colonial y eclecticista construidos por los begurenses que hicieron fortuna en Cuba y regresaron a su villa natal en el siglo XIX y principios del XX. Estas casas, a menudo de colores vivos y con elementos decorativos caribeños, son un testimonio de la relación histórica con la isla.
El término municipal de Begur es famoso por sus calas de aguas transparentes. Destacan Sa Riera, Sa Tuna (un antiguo barrio de pescadores), Aiguablava y l'Illa Roja. Todas ellas conservan un encanto natural y paisajístico muy valorado.
Begur se encuentra en el corazón del Macizo de Begur, un espacio natural protegido que ofrece un paisaje de bosques de pinos y alcornoques que llegan hasta el mar. El entorno es célebre por sus calas y playas. El Camí de Ronda es una de las principales atracciones, permitiendo recorrer la costa a pie, conectando las diferentes calas y ofreciendo vistas espectaculares sobre el Mediterráneo. Este tramo del Camí de Ronda es especialmente popular por su belleza y su dificultad moderada.
Begur es accesible principalmente por carretera. Desde Barcelona o Girona, hay que tomar la autopista AP-7 y posteriormente la carretera C-31 en dirección a Palamós/Palafrugell, siguiendo las indicaciones hacia Begur. No dispone de estación de tren propia; la estación más cercana con servicios regionales es Flaçà. La conexión con transporte público se realiza habitualmente mediante autobús desde Palafrugell o Girona, especialmente durante la temporada alta. El aeropuerto más cercano es el de Girona-Costa Brava (GRO).
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