Castellar de la Ribera es un municipio de la comarca del Solsonès, en la provincia de Lleida. Se caracteriza por ser un municipio diseminado, formado por diversos núcleos y masías dispersas, tales como Llinars, Marmellà, Ceuró y el propio Castellar. Su paisaje es típicamente prepirenaico, con una rica herencia románica y un entorno natural dominado por bosques y campos de cultivo.
Los orígenes de Castellar de la Ribera se remontan a la época medieval, ligados a la repoblación del territorio después de la conquista cristiana. El nombre "de la Ribera" hace referencia a la proximidad del río Ribera Salada. Históricamente, el territorio estaba bajo la influencia del vizcondado de Cardona y el obispado de Urgell, y posteriormente, el de Solsona. La historia del municipio está estrechamente ligada a sus iglesias románicas, que servían como centros de vida para las masías dispersas que conformaban el término municipal.
Esta es la iglesia parroquial del núcleo principal. Aunque ha sufrido modificaciones posteriores, conserva elementos de su estructura románica original. Es un punto de referencia histórico y religioso del municipio.
Situada en el núcleo de Llinars, esta es una de las joyas románicas más destacadas del término. Es un templo de una sola nave con ábside semicircular, típico de la arquitectura rural catalana de los siglos XI y XII, y se mantiene en un buen estado de conservación.
Esta iglesia, situada en el núcleo de Marmellà, también presenta claros orígenes románicos. Es un ejemplo de la arquitectura religiosa que se desarrolló en los pequeños núcleos rurales del Solsonès durante la alta edad media.
Aunque actualmente solo quedan vestigios, el castillo dio nombre al municipio y fue un punto estratégico durante la época feudal. Sus restos se encuentran cerca de la iglesia de Sant Serni.
Castellar de la Ribera está inmerso en un paisaje de transición entre la llanura y la montaña, característico del Solsonès. El elemento natural más destacado es el Río Ribera Salada, que atraviesa el término municipal y es un afluente del Cardener. El entorno es ideal para actividades de senderismo y cicloturismo, con rutas que conectan los diferentes núcleos y permiten disfrutar de la tranquilidad de los bosques de pino y roble. El municipio forma parte de un espacio de interés natural que destaca por
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