Castelldefels es un municipio costero situado en la comarca del Baix Llobregat, en la provincia de Barcelona. Es conocido principalmente por su extensa playa de arena fina y por su imponente castillo, que domina la población desde una colina. Su ubicación privilegiada, entre el Macizo del Garraf y el mar Mediterráneo, lo convierte en un importante centro turístico y residencial.
Los orígenes de Castelldefels se remontan a la época romana, aunque su desarrollo más significativo se produjo durante la Edad Media. La necesidad de defender la costa de las incursiones de piratas y corsarios (especialmente sarracenos) fue crucial. El Castillo de Fels, documentado desde el siglo X, fue el núcleo defensivo alrededor del cual creció la población. Durante los siglos XVI y XVII se construyeron numerosas torres de vigilancia y defensa a lo largo de la costa. Castelldefels pasó de ser un pequeño núcleo agrícola y de pescadores a un popular destino de veraneo a partir del siglo XX, especialmente con la llegada del ferrocarril.
Situado en lo alto de una colina, el castillo es el elemento más emblemático del municipio. Sus funciones han sido diversas a lo largo de la historia: fortaleza defensiva, iglesia (Santa Maria de Castelldefels) y, posteriormente, residencia señorial. Ha sido objeto de diversas reformas, destacando la realizada por el arquitecto Enric Sagnier a principios del siglo XX. Actualmente, acoge espacios museísticos y actividades culturales.
Con cerca de cinco kilómetros de longitud, la playa de Castelldefels es uno de sus principales atractivos. Es una playa de arena fina y aguas tranquilas, ideal para familias y la práctica de deportes acuáticos. Está reconocida por su calidad y sus servicios.
Construido para los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, donde se celebraron las pruebas de piragüismo y remo. Actualmente, es un centro de alto rendimiento deportivo y un espacio de ocio abierto al público, donde se pueden practicar diversas actividades acuáticas como kayak, windsurf o paddle surf.
Como testimonio de su historia defensiva, Castelldefels conserva diversas torres de vigilancia y defensa, construidas mayoritariamente entre los siglos XVI y XVII. Entre las más destacadas se encuentran la Torre de Can Gomar, la Torre de la Guaita y la Torre de Sant Salvador.
La actual iglesia parroquial de Santa María, de estilo neogótico, fue construida a principios del siglo XX para sustituir la antigua iglesia que se encontraba dentro del recinto del castillo. Es un punto central de la vida religiosa y social del municipio.
Castelldefels se encuentra en una posición geográfica única, limitando con el Parque Natural del Garraf. Este macizo calcáreo ofrece numerosas rutas de senderismo y cicloturismo que permiten disfrutar de la flora y fauna mediterránea, así como de vistas panorámicas de la costa. La zona de la Pineda de Castelldefels, situada cerca de la playa, es un espacio verde importante para el recreo. Aunque no hay ríos significativos que atraviesen el término municipal, la proximidad al Delta del Llobregat (al norte) influye en el ecosistema local.
Castelldefels está excelentemente comunicado con Barcelona y el resto de Cataluña. Se puede acceder por carretera mediante la Autovía de Castelldefels (C-31) o la Autopista de Pau Casals (C-32). En cuanto al transporte público, la línea R2 Sur de Rodalies de Catalunya conecta directamente Castelldefels con Barcelona (Estación de Francia, Paseo de Gracia y Sants) y con Vilanova i la Geltrú. También dispone de diversas líneas de autobús interurbanas que facilitan la conexión con municipios vecinos y con el Aeropuerto de Barcelona-El Prat (BCN).
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