Castellfollit de Riubregós es un pequeño municipio situado en el extremo norte de la comarca de l'Anoia, en la provincia de Barcelona, haciendo frontera con el Bages y el Solsonès. Enclavado en un paisaje de transición entre la Cataluña Central y la Segarra, el pueblo destaca por las ruinas de su castillo medieval, que domina el valle del Riu Negre, ofreciendo un entorno tranquilo y rico en historia.
Los orígenes de Castellfollit de Riubregós se remontan a la época medieval, siendo documentado por primera vez en el año 975. El nombre hace referencia al castillo (Castellfollit, posiblemente derivado de castrum foliatum, o castillo sobre roca en forma de hoja), que fue un punto estratégico clave en la defensa de la Marca Hispánica, la frontera entre los condados catalanes y Al-Ándalus. El castillo perteneció inicialmente a la familia Castellfollit y, posteriormente, pasó a manos de linajes importantes como los Cardona. La historia del municipio está íntimamente ligada a la fortaleza, alrededor de la cual se desarrolló el núcleo urbano actual.
Los restos del castillo medieval se alzan sobre una colina que domina el pueblo y el valle. Aunque hoy se encuentra en ruinas, se pueden observar fragmentos de las murallas y la base de la antigua torre de defensa. Su ubicación ofrece una vista panorámica excelente del entorno natural. Es el símbolo histórico y patrimonial más importante del municipio.
Situada cerca del castillo, la iglesia de Sant Pere es el edificio religioso principal. Aunque sus raíces son románicas (siglo XI-XII), ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de los siglos, incorporando elementos góticos y barrocos. Destaca por su estructura sólida y su relación visual con la fortaleza.
El centro histórico de Castellfollit de Riubregós conserva la estructura de pueblo medieval, con calles estrechas y casas de piedra que se adaptan a la topografía del terreno, desarrollado al pie del castillo. Pasear por el núcleo antiguo permite apreciar la arquitectura tradicional de la Cataluña interior.
Pequeña ermita de origen posiblemente románico, situada a poca distancia del núcleo urbano. Es un punto de interés local y lugar de celebración de encuentros tradicionales.
Castellfollit de Riubregós se encuentra en un entorno natural de secano y bosque mediterráneo, característico de la comarca de l'Anoia Alta. El municipio es atravesado por el Riu Negre, un afluente del Llobregat, que a pesar de su caudal irregular, modela el valle. El entorno es ideal para actividades de senderismo y cicloturismo, con caminos rurales que conectan con otros pueblos de la Segarra y l'Anoia. La zona ofrece paisajes de campos de cereales, pinares y robledales.
Castellfollit de Riubregós es accesible principalmente por carretera. Se encuentra cerca del Eix Transversal (C-25), desde donde se puede acceder tomando la salida hacia Calaf y siguiendo por carreteras locales (como la BV-1001). La proximidad a Calaf facilita la conexión con servicios de transporte público (autobuses) que conectan con Igualada, Manresa o Barcelona, aunque el acceso directo con transporte público al municipio es limitado y es necesario consultar los horarios de las líneas de bus interurbanas que sirven la zona de l'Anoia Alta.
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