Colera es un pequeño y tranquilo municipio costero situado en el extremo norte de la comarca del Alt Empordà, en la Costa Brava, muy cerca de la frontera francesa. Enclavado entre la Sierra de Rodes y el mar Mediterráneo, destaca por su paisaje abrupto, sus calas de piedra y su atmósfera relajada, lejos de las grandes aglomeraciones turísticas.
Los orígenes de Colera están estrechamente ligados a la pesca y, posteriormente, al desarrollo de las comunicaciones. Históricamente, su término municipal formó parte del de Portbou hasta su segregación. El crecimiento del núcleo urbano se vio impulsado por la llegada de la línea de ferrocarril en el siglo XIX, que conectaba la península con Francia, a pesar de que Colera mantuvo un carácter más rural y marítimo que su vecino fronterizo.
La iglesia, dedicada a San Miguel Arcángel, es el centro religioso del pueblo. Es una construcción sencilla, característica de los templos de la zona, que ha sido reformada a lo largo de los siglos. Se encuentra en el casco antiguo, dominando una parte del pueblo.
El casco antiguo de Colera conserva el encanto de los pueblos de pescadores, con calles estrechas y casas tradicionales. A pesar de ser un núcleo pequeño, permite captar la esencia histórica del municipio antes del desarrollo turístico.
Este megalito, situado en la zona de la Farella, es un testimonio de la presencia humana prehistórica en la zona. Forma parte de la rica ruta megalítica que se puede encontrar en la Sierra de Rodes y el Alt Empordà, ofreciendo una visión del pasado antiguo del territorio.
A pesar de no ser monumentos históricos, las calas son el principal atractivo turístico. Destacan la Playa de Colera (la principal), Cala Rovellada y Cala d'en Goixa, conocidas por sus aguas cristalinas y su entorno natural bien conservado.
Colera se encuentra encajada entre la Sierra de Rodes y el mar, ofreciendo un paisaje de montaña que muere directamente en la costa. El término municipal es atravesado por la Riera de Colera. Su ubicación, muy cercana al Parque Natural del Cap de Creus y el Parque Natural dels Aiguamolls de l'Empordà, la convierte en un punto ideal para el excursionismo. El sendero de Gran Recorrido GR-92 (Sendero del Mediterráneo) pasa por el municipio, ofreciendo rutas costeras y de montaña con vistas espectaculares sobre el litoral.
Colera es accesible principalmente por carretera y ferrocarril. Por carretera, se llega a través de la N-260, que conecta Figueres con la frontera francesa. Desde la autopista AP-7, el acceso más habitual es la salida de Figueres/Llançà. El municipio dispone de una estación de tren que forma parte de la línea R11 de Rodalies de Catalunya (Barcelona - Portbou), facilitando el acceso desde Girona y Barcelona.
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