Móra d’Ebre es la capital de la comarca de la Ribera d’Ebre, situada estratégicamente en la orilla derecha del río Ebro. Este municipio es un importante núcleo de comunicaciones y servicios, destacando por su rico patrimonio histórico, especialmente su imponente castillo, que domina el paisaje fluvial.
Los orígenes de Móra d’Ebre se remontan a asentamientos ibéricos y romanos, pero su máximo esplendor y su nombre actual derivan de la época de dominación musulmana (siglo VIII al XII). La fortaleza, hoy conocida como el Castillo de Móra, fue un punto clave en la defensa y el control del río. La villa fue conquistada definitivamente por Ramón Berenguer IV en el año 1153. Durante la Guerra Civil Española (1936-1939), Móra d’Ebre sufrió graves daños a causa de su proximidad al Frente del Ebro, hecho que obligó a una reconstrucción significativa de gran parte de su núcleo urbano.
Esta fortificación de origen islámico (siglo X) se alza sobre una colina dominando el río Ebro. Aunque ha sufrido diversas transformaciones a lo largo de los siglos, conserva elementos importantes de su estructura original, incluyendo muros, torres y el recinto soberano. Es uno de los castillos más significativos de la Ribera d'Ebre y ofrece vistas panorámicas de la población y el río.
La actual iglesia parroquial es una construcción moderna, ya que el antiguo templo gótico fue destruido durante la Guerra Civil. El edificio actual, consagrado en el año 1956, presenta un estilo neoclásico con elementos de la arquitectura de posguerra. Destaca por su amplitud y su ubicación céntrica.
El puente sobre el Ebro es una infraestructura vital para la comarca. La estructura original fue un objetivo militar clave y fue destruida en 1938 durante la Batalla del Ebro. El puente actual, reconstruido posteriormente, es un símbolo de la conexión de la villa y un punto excelente para observar el caudal del río.
La Plaza de Baix es el corazón histórico y social de Móra d’Ebre. A pesar de la reconstrucción de posguerra, el casco antiguo conserva calles estrechas y rincones que recuerdan el pasado de la villa, especialmente aquellos que conducen hacia la zona del castillo.
El entorno natural de Móra d’Ebre está definido principalmente por el río Ebro, que no solo es un eje paisajístico sino también un recurso para actividades acuáticas como el piragüismo y la pesca. La zona forma parte de la cuenca media del Ebro, caracterizada por un paisaje de secano y regadío, con cultivos de olivos, almendros y frutales. Hay diversas rutas de senderismo y cicloturismo que recorren los caminos de sirga junto al río (Ruta del Camí de Sirga) y conectan con los espacios naturales cercanos, como las sierras de Pàndols y Cavalls, aunque estas se encuentran en municipios vecinos.
Móra d’Ebre es un punto de comunicación clave. Se puede acceder fácilmente por carretera a través de la N-420 (que conecta con Reus y Aragón) y la C-12 (Eje del Ebro), que sigue el curso del río. También dispone de una estación de tren (línea R15 de Rodalies de Catalunya), que la conecta con Tarragona y Barcelona.
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