Riba-roja de Ebro es un municipio situado en el extremo norte de la comarca de la Ribera de Ebro, en la provincia de Tarragona. Es conocido principalmente por su ubicación estratégica a orillas del río Ebro y por el gran embalse que lleva su nombre (Pantano de Riba-roja), siendo un punto de referencia para la pesca deportiva y los deportes náuticos. Su historia está profundamente ligada a la Orden del Temple y a los acontecimientos de la Guerra Civil Española.
Los orígenes de Riba-roja se remontan a la época ibérica y romana, aunque su desarrollo más significativo se produce durante la Edad Media. Tras la reconquista cristiana por Ramón Berenguer IV (1153), el lugar fue cedido a la Orden del Temple, convirtiéndose en la sede de una importante encomienda templaria. Tras la disolución del Temple en el siglo XIV, la encomienda pasó a manos de la Orden del Hospital (Hospitalarios). Riba-roja de Ebro tuvo un papel crucial durante la Guerra Civil Española, ya que fue uno de los escenarios principales de la Batalla del Ebro en 1938, con numerosos vestigios bélicos aún presentes en su entorno.
Se trata de los restos del antiguo castillo medieval, situado en el punto más alto del núcleo urbano, dominando el río Ebro. Aunque actualmente se encuentra en ruinas, su estructura evoca la importancia que tuvo como fortaleza de la Encomienda Templaria y, posteriormente, Hospitalaria. Ofrece una vista panorámica excelente sobre el pueblo y el embalse.
Templo de estilo neoclásico, construido principalmente en el siglo XVIII sobre una estructura anterior. Destaca por su fachada sencilla y su campanario. Está dedicada a San Bartolomé, patrón del municipio.
Debido a su relevancia en la Batalla del Ebro, Riba-roja de Ebro acoge un centro dedicado a la memoria histórica. El CIFE ofrece exposiciones y material didáctico sobre los hechos ocurridos en 1938 en esta zona, permitiendo entender el impacto del conflicto en el territorio y la población.
Pequeña ermita situada en las afueras del núcleo urbano, en un entorno natural. Es el destino de una popular romería que se celebra anualmente. El edificio actual es de construcción relativamente moderna, pero el culto a Santa Magdalena es una tradición arraigada.
El entorno natural de Riba-roja de Ebro está marcado indisolublemente por el río Ebro y el Pantano de Riba-roja. Este embalse es uno de los más grandes de Cataluña y es un centro de atracción para pescadores de toda Europa, especializados en la captura de siluros y carpas. La zona es ideal para la práctica de deportes acuáticos como el kayak y el piragüismo. El municipio forma parte de la red de senderos, incluyendo tramos del GR 99 (Camino Natural del Ebro), que permiten recorrer la orilla del río y descubrir los paisajes de secano, dominados por olivos y almendros.
Riba-roja de Ebro es accesible principalmente por carretera a través del Eje del Ebro (C-12), que conecta la zona con Tortosa y Lérida. También se puede llegar mediante la carretera C-45. El municipio dispone de una estación de ferrocarril (línea R15 de Rodalies de Catalunya), que ofrece conexiones con Tarragona y Barcelona, facilitando el acceso para los visitantes que prefieren el transporte público.
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