Ripoll es la capital de la comarca del Ripollès, situada en la confluencia de los ríos Ter y Freser. Históricamente conocida como la "Cuna de Cataluña", su identidad está profundamente ligada al Monasterio de Santa María, fundado en el siglo IX, que fue un centro cultural y espiritual clave durante la Edad Media. Hoy en día, Ripoll combina su rico patrimonio histórico con un entorno natural pirenaico privilegiado.
La historia de Ripoll se remonta a la fundación del Monasterio de Santa María en el año 879 por Guifré el Pilós (Wifredo el Velloso), considerado el padre de la nación catalana. El monasterio se convirtió rápidamente en uno de los centros culturales y de producción de códices más importantes de Europa. Durante los siglos posteriores, Ripoll creció alrededor del monasterio. A partir del siglo XVII, la villa destacó por su potente industria metalúrgica, especializada en la fabricación de armas de fuego (pistolas y cañones), hecho que marcó profundamente su economía y sociedad hasta el siglo XX.
Es el monumento más emblemático de la villa y uno de los máximos exponentes del románico catalán. Destaca su impresionante portada (la Puerta de la Gloria), un friso escultórico del siglo XII que narra escenas bíblicas y es considerado una obra maestra de la escultura románica. El monasterio también acoge las tumbas de varios condes de Barcelona, incluyendo a Wifredo el Velloso.
Ubicado en el antiguo Hospital de Sant Eudald, este museo ofrece una visión completa de la vida, las tradiciones y la cultura popular del Ripollès. Una parte importante de la colección está dedicada a la historia de la forja y la industria armera de Ripoll, mostrando su relevancia histórica en la metalurgia.
Testimonio vivo de la tradición metalúrgica de Ripoll. Esta antigua fragua, restaurada y visitable, permite entender el proceso tradicional de transformación del hierro mediante la fuerza hidráulica, un elemento clave en el desarrollo industrial de la zona.
Una de las iglesias más antiguas de Ripoll, con orígenes que se remontan al siglo X. A pesar de las modificaciones posteriores, conserva elementos románicos y góticos. Está situada cerca del centro histórico y complementa la visita al monasterio principal.
Ripoll es la puerta de entrada a la alta montaña pirenaica y se encuentra en un entorno de gran riqueza natural. La confluencia del río Ter y el río Freser ofrece paseos fluviales y zonas de recreo. La zona es ideal para el excursionismo y el cicloturismo. Ripoll es un punto clave de la Ruta del Hierro y del Carbón, una vía verde que sigue el antiguo trazado del ferrocarril minero, conectando Ripoll con Sant Joan de les Abadesses y Ogassa, y que es muy popular entre ciclistas y caminantes.
Ripoll es fácilmente accesible por carretera y ferrocarril. Por carretera, se llega principalmente a través de la C-17, que conecta la villa con Vic y Barcelona, y la N-260, que la conecta con Olot y Puigcerdà. En cuanto al transporte público, Ripoll dispone de una estación de tren que forma parte de la línea R3 de Rodalies de Catalunya (Barcelona - Puigcerdà/La Tour de Carol), ofreciendo conexiones directas con la capital catalana.
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