Sant Pere Sallavinera es un pequeño municipio situado en el extremo norte de la comarca de l'Anoia, formando parte de la subcomarca histórica de la Alta Segarra. Caracterizado por un paisaje rural de secano y bosques, el municipio se compone de diversos núcleos históricos, como Sant Pere, La Fortesa y La Llavinera, ofreciendo un entorno tranquilo y rico en patrimonio medieval.
Los orígenes de Sant Pere Sallavinera se remontan a la época medieval, estando estrechamente ligado a la línea defensiva de la Marca Hispánica. El topónimo Sallavinera proviene del castillo homónimo, documentado desde el siglo XI, que formaba parte de la red de fortificaciones que vigilaban la frontera con los territorios sarracenos. A lo largo de los siglos, la vida del municipio ha estado marcada por la actividad agrícola y ganadera, manteniendo su estructura de pequeños núcleos dispersos.
Esta es la iglesia principal del municipio. Aunque ha sufrido diversas modificaciones a lo largo de los siglos, conserva elementos de origen románico. Es el centro del núcleo de Sant Pere y destaca por su sencillez y su función como punto de referencia histórico y religioso de la población.
Situado cerca del núcleo de La Llavinera, el Castillo de Sallavinera es uno de los elementos patrimoniales más antiguos del término. Actualmente solo se conservan algunos restos, principalmente fragmentos de muros y cimientos, que testimonian su importancia estratégica durante la época de la Reconquista. Está catalogado como Bien Cultural de Interés Nacional.
Ubicada en el núcleo de La Fortesa, esta pequeña iglesia es otro ejemplo de la arquitectura religiosa rural de la zona. A pesar de ser de dimensiones modestas, es un punto clave en la historia del núcleo de La Fortesa y mantiene un carácter histórico y tradicional.
Sant Pere Sallavinera se encuentra en una zona de transición entre la Depresión Central y las sierras interiores, caracterizada por la altitud (Alta Segarra). El entorno natural está dominado por los campos de cultivo de cereales (secano), alternados con bosques de pino y encina. Este paisaje es ideal para la práctica de rutas de senderismo y cicloturismo de baja dificultad, que permiten recorrer los antiguos caminos rurales y descubrir las masías dispersas y los pequeños torrentes que surcan el término municipal.
Sant Pere Sallavinera es accesible principalmente por carretera. Se llega mediante la carretera local C-241d, que conecta con municipios más grandes como Calaf y, posteriormente, con la red viaria principal, incluyendo la autovía A-2 (Barcelona-Lleida). Dada su ubicación rural, el transporte público es limitado, por lo que se recomienda el uso de vehículo privado.
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