Santa Maria d’Oló es un municipio situado en el centro de la comarca del Moianès, en la provincia de Barcelona. Esta localidad, enclavada en el altiplano del Moianès, destaca por la conservación de su patrimonio medieval, especialmente los restos de su castillo, y por ofrecer un entorno natural ideal para el senderismo y la tranquilidad.
Los orígenes documentados de Santa Maria d’Oló se remontan a principios del siglo X. El término de Oló aparece mencionado por primera vez en el año 923. No obstante, el elemento histórico central es el Castillo de Oló, documentado desde el 938, que ejerció un papel crucial en la defensa y la organización feudal del territorio. El núcleo urbano se desarrolló posteriormente alrededor de la iglesia parroquial, consolidándose como centro administrativo y religioso de la baronía de Oló durante la Edad Media.
Situado en lo alto de una colina dominando el pueblo, el Castillo de Oló es el símbolo histórico del municipio. Aunque hoy se encuentra en ruinas, se pueden observar restos de las murallas, la torre principal y otras estructuras defensivas. Su posición ofrece una vista panorámica excelente sobre el valle y el altiplano del Moianès. Es un punto clave para entender la historia feudal de la zona.
La iglesia parroquial, que da nombre al municipio, tiene sus orígenes en una construcción románica del siglo XI. Aunque ha sido profundamente modificada y ampliada, especialmente durante los siglos XVII y XVIII, conserva elementos de interés arquitectónico. Se encuentra en el centro del casco antiguo.
Esta pequeña iglesia románica, documentada desde el siglo XI, es un ejemplo de arquitectura religiosa rural. Está situada fuera del núcleo urbano, en un entorno natural aislado, y es a menudo el destino de romerías y excursiones locales.
Otra iglesia de origen románico, documentada desde el año 1034. Aunque ha sufrido modificaciones, mantiene su carácter histórico y es un punto de interés para los amantes del románico catalán.
Santa Maria d’Oló se encuentra inmersa en el altiplano del Moianès, caracterizado por un paisaje de bosques de pino y encina, campos de cultivo y la presencia de numerosas rieras y torrentes. El municipio es atravesado por la Riera de Oló, un afluente del Llobregat. El entorno es ideal para la práctica de senderismo (GR-3 y otros senderos locales), rutas de BTT y la observación de la fauna y flora propias de la comarca. La zona es conocida por sus formaciones geológicas y sus paisajes suaves y ondulados.
Santa Maria d’Oló es accesible principalmente por carretera. La vía principal que conecta el municipio con la red viaria catalana es la C-59, que permite el acceso desde Vic, Manresa y el área metropolitana de Barcelona (a través de Moià). El municipio no dispone de estación de tren, dependiendo del transporte por carretera y servicios de autobús interurbano que lo conectan con las capitales de comarca cercanas.
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