Vidrà es un pequeño municipio de la comarca de Osona, situado en el extremo norte de la comarca, en plena zona prepirenaica catalana. Limita con el Ripollès y la Garrotxa, y se caracteriza por su paisaje de alta montaña, bosques frondosos y su arquitectura tradicional de masías dispersas. Es un destino ideal para el turismo rural y de naturaleza.
Los orígenes de Vidrà se remontan a la alta edad media. La primera documentación de la parroquia de Sant Bartomeu data del año 935, cuando fue cedida al monasterio de Sant Joan de les Abadesses. Históricamente, el territorio estuvo ligado a la Baronía de Milany, un importante centro de poder feudal que controlaba el paso entre los valles de Osona y el Ripollès. El municipio mantuvo una estructura basada en masías dispersas alrededor de la iglesia parroquial, que se convirtió en el núcleo principal.
La iglesia, centro del núcleo urbano
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