Vila-rodona es un municipio situado en la comarca del Alt Camp, en la provincia de Tarragona. Es conocido principalmente por su tradición agrícola, especialmente la vitivinicultura, formando parte de la Ruta del Císter y destacando por su rico patrimonio histórico y arquitectónico, especialmente su castillo y su bodega modernista.
Los orígenes documentados de Vila-rodona se remontan al siglo XII. La primera referencia escrita data de 1174, cuando el lugar fue cedido por el arzobispo de Tarragona, Guillem de Torroja, a Pere de Vila-rodona. Históricamente, el municipio estuvo estrechamente vinculado al Monasterio de Santes Creus y a la jurisdicción del Arzobispado de Tarragona. Su historia está marcada por la presencia del castillo, que fue un punto estratégico en la defensa del territorio durante la Edad Media.
El Castillo de Vila-rodona es el elemento patrimonial más destacado del municipio. Documentado desde el siglo XII, el edificio actual es fruto de diversas reformas y reconstrucciones, especialmente una gran restauración realizada en el siglo XX. Conserva elementos de su estructura original, incluyendo una torre de defensa y partes de la muralla. Actualmente, es de propiedad privada y se utiliza para eventos, pero su imponente presencia domina el núcleo urbano.
La iglesia parroquial de Santa María es un edificio de estilo neoclásico, construido principalmente en el siglo XVIII sobre los restos de una iglesia anterior de origen románico. Destaca por su fachada sencilla y su campanario. En el interior, se conservan elementos de interés artístico y religioso.
Esta bodega es un ejemplo notable de la arquitectura modernista aplicada a la industria agrícola. Fue diseñado por el arquitecto Cèsar Martinell i Brunet, discípulo de Antoni Gaudí, e inaugurado en 1919. Forma parte de la red de "Catedrales del Vino" de Cataluña y destaca por su funcionalidad y el uso de bóvedas de ladrillo y arcos parabólicos.
Situada en las afueras del núcleo urbano, la Ermita de Sant Llorenç es un lugar de culto y peregrinación. Es una construcción sencilla, de origen medieval, que ha sido reformada en épocas posteriores. Es el centro del encuentro que se celebra en honor al patrón del pueblo.
Vila-rodona se encuentra inmersa en el paisaje típico de la llanura del Alt Camp, caracterizado por el extenso cultivo de la viña, el olivo y los cereales. El municipio es atravesado por el río Gaià, aunque su caudal es a menudo irregular. El entorno natural invita a realizar rutas de senderismo y cicloturismo que conectan con otros pueblos de la comarca y con la Ruta del Císter, ofreciendo vistas panorámicas de las tierras de cultivo y los bosques de ribera cercanos al Gaià.
Vila-rodona es accesible principalmente por carretera. La vía más importante es la C-51, que conecta Valls con El Vendrell, pasando directamente por el municipio. También se puede acceder mediante carreteras locales que la conectan con el resto del Alt Camp y con la AP-2 (salida Valls/Montblanc) o la AP-7 (salida El Vendrell), aunque habrá que hacer un tramo por carreteras secundarias.
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