Vilallonga de Ter es un municipio situado en el Alto Valle del Ter, en la comarca del Ripollès, en la provincia de Girona. Enclavado en un entorno de alta montaña pirenaica, es conocido por su paisaje verde, su arquitectura tradicional de piedra y su proximidad a importantes rutas de senderismo y estaciones de esquí. El municipio incluye varios núcleos agregados como Tregurà de Dalt, Tregurà de Baix, La Roca y Espinavell.
Las primeras referencias documentales de Vilallonga de Ter se remontan al siglo X, cuando el territorio formaba parte del condado de Besalú y estaba estrechamente vinculado al monasterio de Sant Joan de les Abadesses. Históricamente, la vida del pueblo ha estado marcada por la agricultura de montaña, la ganadería (especialmente la trashumancia) y la explotación forestal. Su ubicación estratégica en el valle ha permitido que conserve un rico patrimonio arquitectónico, testimonio de su evolución a lo largo de la edad media y moderna.
Esta es la iglesia principal del núcleo. Aunque ha sufrido diversas modificaciones a lo largo de los siglos, conserva elementos de su estructura románica original. Destaca por su sencillez y su integración con el paisaje urbano tradicional de montaña.
El centro histórico se caracteriza por sus calles estrechas y las casas de piedra con tejados de pizarra. Pasear por el núcleo permite observar la arquitectura tradicional del valle, con elementos típicos de las masías y casas solariegas de montaña.
Situada en el núcleo agregado de Espinavell, esta iglesia también tiene orígenes románicos, aunque ha sido reformada. Espinavell es especialmente conocido por ser el punto de celebración de la tradicional Feria del Ganado.
Antigua iglesia románica, actualmente en estado de ruina, situada cerca del río Ter. A pesar de su estado, es un punto de interés histórico y paisajístico que recuerda la antigua red parroquial de la zona.
Vilallonga de Ter es la puerta de entrada a la alta montaña. El municipio está atravesado por el río Ter, que nace a pocos kilómetros, y está rodeado de cimas importantes del Pirineo Oriental, como el Taga y el Macizo del Costabona. El entorno es ideal para la práctica del senderismo y el cicloturismo. La zona forma parte de la red de senderos de gran recorrido, incluyendo tramos del GR-11 (Sendero Transpirenaico), y ofrece rutas que conectan con Setcases, Camprodon y los núcleos de Tregurà de Dalt y Baix, con vistas panorámicas espectaculares del valle.
Vilallonga de Ter es accesible principalmente por carretera. Se llega desde Ripoll o Sant Joan de les Abadesses tomando la carretera C-38 en dirección a Camprodon, y posteriormente la carretera local C-151 que remonta el Alto Valle del Ter, pasando por Llanars y Camprodon. No dispone de conexión ferroviaria directa; la estación de tren más cercana es la de Ripoll. El transporte público se limita a líneas de autobús que conectan con los principales núcleos de la comarca del Ripollès.
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