Vilallonga del Camp es un municipio situado en la comarca del Tarragonès, en el corazón del Camp de Tarragona. Esta localidad se caracteriza por su paisaje agrícola, dominado por los cultivos de secano, especialmente la avellana y el olivo, y por su proximidad a la capital provincial, Tarragona, ofreciendo un equilibrio entre la tranquilidad rural y el acceso a servicios urbanos.
Los orígenes de Vilallonga del Camp se remontan a la época romana, tal como lo atestiguan algunos hallazgos arqueológicos en el término municipal. No obstante, el núcleo urbano actual se desarrolló principalmente durante la Edad Media, después de la reconquista cristiana. El pueblo formó parte de la señoría del Arzobispado de Tarragona, dentro del territorio conocido como el Camp de Tarragona. Su estructura medieval, con un recinto amurallado y la iglesia como centro, todavía es perceptible en el trazado del casco antiguo.
Es el edificio religioso más importante del municipio. La iglesia actual, de estilo neoclásico, fue construida en el siglo XVIII sobre los restos de un templo anterior, probablemente románico. Destaca por su fachada sobria y su campanario. Está dedicada a Sant Martí, patrón de la villa.
Aunque no se conserva un castillo fortificado como tal, la zona donde hoy se ubica la Casa de la Vila (Ayuntamiento) corresponde al antiguo recinto fortificado medieval. El edificio del Ayuntamiento, reformado, mantiene elementos que recuerdan su función histórica como centro de poder local.
El centro histórico de Vilallonga conserva la estructura de calles estrechas e irregulares, típicas de las villas medievales. El Carrer Major (Calle Mayor) es el eje central, donde se pueden observar algunas casas solariegas y elementos arquitectónicos tradicionales.
Pequeña ermita situada en las afueras del núcleo urbano. Es un lugar de devoción popular y punto de encuentro durante las fiestas locales. Su sencillez arquitectónica refleja la tradición religiosa rural de la zona.
Vilallonga del Camp está inmersa en el paisaje típico del Camp de Tarragona, una llanura fértil dedicada mayoritariamente a la agricultura de secano. El entorno natural está definido por campos de avellanos, olivos y viñedos. El término municipal es atravesado por el Barranc de la Boella. El entorno es ideal para rutas de senderismo y cicloturismo de baja dificultad que permiten descubrir las masías y los campos de cultivo que rodean la población.
Vilallonga del Camp goza de excelentes comunicaciones. Es accesible por carretera a través de la C-37 y se encuentra muy cerca de las principales vías rápidas (AP-7 y A-27). El municipio también dispone de una estación de ferrocarril propia, integrada en la red de Rodalies de Catalunya (líneas R13 y R14), que la conecta directamente con Tarragona, Reus y Barcelona.
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